El mercado, bienvenidas y despedidas

El fútbol, sus constantes cambios, los mercados de fichajes y las consecuencias que tienen para los jugadores desde el punto de vista emocional.

El mercado, esos meses de verano donde en ausencia de competición, los diferentes equipos perfilan sus plantillas para afrontar la nueva temporada. Un nuevo comienzo, época de cambios, donde todo aficionado espera con entusiasmo la llegada de nuevos jugadores en los que depositar su renovada ilusión.

Constantes variaciones ocurren en los diferentes equipos temporada tras temporada, un carrusel de altas y bajas en ocasiones deseadas, en otras obligadas, a veces previstas, otras impredecibles. Los medios de comunicación se hacen eco de multitud de rumores, opciones de compra, cesiones, rescisiones, ventas, cláusulas de rescisión, fichajes, renovaciones… el frenético día a día de este mundo.

Sin embargo desde el punto de vista del jugador, este periodo toma carices totalmente diferentes.

Para el futbolista es época de nerviosismo, dudas, oportunidades, ilusiones, frustraciones, incertidumbre. Como jugador, puedes pasar de firmar un contrato que te ligue a un nuevo club por 3 temporadas, a escuchar que ya no sirves en cuestión de semanas. Lo que un día es evidente, al día siguiente genera dudas, del blanco al negro en cuestión de días, incluso horas.

Extraño, pero real.

Los equipos, grupos humanos de futbolistas, técnicos, fisioterapeutas, médicos, preparadores físicos, delegados…, grupos con relaciones muy intensas, en las que compartimos mucho tiempo juntos, mientras estamos lejos de nuestras familias y nuestros amigos. Se crean multitud de relaciones, algunas nos unirán para siempre, otras serán intensas y cortas, pero los cambios que provoca el mercado, cambian los grupos y nos afectan, en lo emocional.

Cuando un compañero cambia de equipo, sea cual sea la razón, esta relación se rompe, desaparece, nunca más volverá a ser la misma, pasas de verlo todos los días a hablar por teléfono, de compartir habitación en el hotel a cruzar mensajes esporádicamente, de luchar juntos dentro del campo a buscar dos días en vacaciones para poder coincidir.

Y estos cambios que tanto ilusionan a veces, te dejan a la vez una sensación de vacío, una parte de ti se va, desaparece y lo sientes. Momentos difíciles, tristes que ocurren todas las temporadas.

Así es este deporte, para lo bueno y para lo malo, tan intenso como fugaz.