El Templo

Cuando en el segundo partido de temporada Natxo González nos dijo : “Por fin jugamos en el Templo”, los jugadores nos miramos y disimulamos una pequeña sonrisa burlona. Los Sendoa, Viguera, Luismi, Beobide, Salcedo… y un servidor no entendíamos el significado de esa afirmación, ni el sentimiento que escondía Natxo con esa palabra.

De aquella charla sólo han pasado 5 años, pero puedo asegurar que han sido intensos. La evolución de Mendizorroza, en estos últimos años es indescriptible, no como estadio, sino en su ambiente, en su manera de vivir los partidos, de sentir el Alavés, de empujar a los jugadores y de mostrarles su cariño.

Mucha gente dirá que tiene que ver con el crecimiento deportivo del club. Yo creo que éste, no se entiende sin el crecimiento social el cual, ha favorecido la evolución deportiva del equipo. Porque no nos engañemos, no siempre ha soplado el viento de cara en Mendi en el último lustro.

El futbolista disfruta de su profesión en Mendi, un público entregado, con Iraultza 1921 como motor de la mejor grada de La Liga, un estadio, que exige, aplaude, anima, presiona, juega con su equipo, le ayuda a ser mejor y convierte cada partido como local, en una fiesta del alavesismo.

Lo que hemos conseguido en el Templo tiene más importancia de lo que muchos creen. Todos y cada uno de los que habéis ayudado a que Mendi hoy sea así, podéis sentiros orgullosos, sigamos este camino.

 

Foto Jon Izarra