Nuevo Estadio de la Victoria

En el mundo del fútbol hay momentos y lugares que dejan marca para toda la vida.

Uno de ellos es El Nuevo Estadio de la Victoria en Jaén, lugar de intensos, emocionantes y alegres recuerdos para mi.

Comencemos.  En el verano de 1995 contaba con 9 años, los últimos veranos habían empezado igual, con una gran decepción cuando el Alavés caía derrotado en la promoción de ascenso en una ultima y triste jornada de transistores. Una año más deberíamos animar a nuestro equipo en la 2º división B.

Este año iba a ser diferente. El 21 de Junio, el Deportivo Alavés perdía en Jaén por 3-1 en el penúltimo partido de la promoción de ascenso a 2ª división, sin embargo, el empate entre Las Palmas y Gramanet, permitía al equipo de “Txutxi” Aranguren lograr el ascenso a la segunda división nacional. Desde Vitoria a través de la radio y las imágenes de televisión, veíamos a los Serrano, Arregui, Tito, Matxon, Lasheras, Codina, Ivan Campo, Castillejo,… celebrar (vestidos de rojo) el ansiado ascenso en el césped del antiguo Estadio de la VictoriaEra sólo  el comienzo.

18 años después, el destino quiso que los mismos contendientes se encontrasen en idéntica situación. El 26 de mayo de 2013, en esta ocasión en el Nuevo Estadio de la Victoria, se citarón, como campeones de sus respectivos grupos de 2ª división B, el Real Jaén y el Deportivo Alavés.

En esta ocasión se trataba de una eliminatoria a ida y vuelta, en la que el vencedor ascendería directamente a 2ª División, mientras que el perdedor tendría una oportunidad más para lograr el objetivo.

Allí llegamos de la mano de Natxo Gonzalez, con 27 años y en mi cuarto play off de ascenso. Un partido tenso, igualado, de mucho calor, en el que un penalti provocado por Guzmán Casaseca y transformado por Borja Viguera, en el descuento, nos permitía empatar el partido y dejar la eliminatoria en ligera ventaja, para el posterior ascenso en Mendizorroza el 1 de Junio de 2013.

De ese viaje, muchas anécdotas, como por ejemplo, la visita rutinaria junto a Luismi y Jago al estadio como le gustaba hacer al mister la mañana del partido, la jarra de cerveza que tiraron por encima de Borja al ir a recoger el balón con el que empataría el encuentro, la foto de la celebración entre Borja y yo que al día siguiente fue portada de los periódicos locales, la llamada a la serenidad de Sendoa en el centro del campo indicándonos que aun quedaba trabajo por hacer…

Finalmente, el Real Jaén logró también su ascenso ese año, tras superar dos eliminatorias. Los dos «disfrutaríamos» de la segunda división la temporada siguiente.

Así, un año más tarde, el calendario de la temporada 2013-14 determinó que Real Jaén y Deportivo Alavés debían enfrentarse en la última jornada liguera, el 7 de Junio de 2014 otra vez en el Nuevo Estadio de la Victoria.

El destino estaba escrito, llegábamos los dos equipos en posiciones de descenso, con la obligación de ganar y esperar resultados beneficiosos en varios partidos de terceros.

Mismos clubes, plantillas similares, mismo calor y mismo escenario, el Nuevo Estadio de la Victoria.

Del trascurso del partido esta todo hablado, basta con decir que ese gol de Guzmán Casaseca en el minuto 93, es uno de los momentos más bonitos de mi vida. La marea de aficionados albiazules celebrando ese último gol, es una de las imágenes más potentes que ha vivido el alavesismo en su historia reciente. Aquellos aficionados que cruzaron la península para animar a su equipo en una situación desesperada, se llevaron con esa salvación el mayor regalo que un aficionado al Alavés puede tener.

El bueno de Guzmán al acabar el partido decidió regalarme esa camiseta, que por supuesto, guarda un lugar preferencial en mi colección. Que decir tiene que los Goitia, Ivan Crespo, Viguera, Beobide, Juanma, Ion Velez, Jaume, Raúl García, Alberto, Gerardo, Sendoa… son responsables de las brillantes paginas que posteriormente ha escrito este club.

Y de nuevo, unos años después la Copa del Rey nos ha vuelto a juntar. Cuando pise el césped de nuevo, veré a Guzmán provocando el penalti, a mis padres llorando en la grada, a Sendoa pidiéndome tranquilidad, a Borja celebrando el gol, a Jago corriendo para abrazarme, a Einar saltando al campo, mientras le persigue el de seguridad… y me daré cuenta de lo bonito que es fútbol cuando uno viste de albiazul.